El Spinophorosaurus destacaba, especialmente, por la punta de su cola, que tenía 4 espinas de pequeño tamaño, que utilizaba para repeler a los depredadores como también hacían los estegosaurios. Este rasgo solo se da en otros dos saurópodos, Omeisaurus y Shunosaurus, pero la punta de sus colas contaba con una maza. El cráneo era alargado, con dientes cilíndricos que usaba para arrancar las hojas. Las fosas nasales eran relativamente bajas, de lo que se deduce que vivía en entornos áridos (ya que las fosas nasales de muchos saurópodos se encontraban muy altas, y se ha demostrado que esos saurópodos comían plantas acuáticas con las fosas nasales encima de la superficie).