Lingyuanopterus camposi fue una especie de pterosaurio istiodactílido que habitó las costas de Asia hace 122 a 118 millones de años atrás, a comienzos del Período Cretácico. Hasta la fecha, solo se conoce un cráneo casi completo con su respectiva mandíbula conservadas en piedras de lotita.
Su nombre de compone de la palabra "pterus", denominación para "ala" en el griego antiguo, y al mismo tiempo rinde honor a la ciudad Lingyuan, próxima al lugar donde fue encontrado. Por otro lado, su epíteto de especie es un tributo a Diógenes de Almeida Campos, un paleontólogo brasileño que cumplió un rol fundamental en la investigación del pterosaurio.
Características.[]
Lingyuanopterus contaba con un hocico alargado, dotado de dientes cuyas coronas tenían una forma triangular y apuntaban ligeramente hacia afuera: al morder, los dientes de la mandíbula superior encajarían con los espacios dejados en la mandíbula inferior, ayudando así a que los peces que cazaba de Lingyuanopterus no se escaparan. El cráneo de Lingyuanopterus (y el de los istiodáctilos en general) no era plano verticalmente, como en la mayoría de pterosaurios de cola corta, más bien era ancho y solo se estrechaba muy en la punta. Los ojos de Lingyuanopterus eran pequeños en comparación a su cráneo (que habría medido 30.7 centímetros), pero seguramente contaba con una agudeza visual que le permitiera localizar sus presas desde el aire con facilidad.
Al igual que el resto de pterosaurios, el cuerpo de Lingyuanopterus estaba cubierto de filamentos, una especie de pluma primitiva semejante al pelo de los mamíferos. Sus alas estaban constituida por una compleja membrana que se extendía desde el pulgar (que estaba excesivamente prolongado) hasta la rodilla.
Descubrimiento e investigación.[]
El holotipo fue rescatado de la Formación Jiufotang, en la ciudad de Lingyuan, China, y descrito en 2022 a mano de un equipo conformado por Yizhi Xu, Shunxing Jiang y Xiaoling Wang, y sería bautizado como Lingyuanopterus camposi. Los restos desenterrados contaban con un cráneo casi completo y desarticulado su mandíbula y las dos primeras vértebras cervicales.

Cráneo de Lingyuanopterus (Créditos: Xin Cheng).
El cráneo del holotipo mide, exactamente, 30.68 centímetros de la punta del hocico hasta la cara trasera de la cabeza; y si bien la parte posterior de este se encontraba considerablemente maltratada, no hubo mayores impedimentos al momento de estudiarlo.
En conjunto a los restos óseos del animal, también se conservaron tres bromalitas (bolas de comida fosilizada a medio digerir) y un pez peipiaostéido que no ha sido asignado a ninguna especie hasta el momento y que habría medido casi el doble de largo que la cabeza de Lingyuanopterus.