Fruitadens haagarorum fue una especie de dinosaurio ornitisquio heterodontosáurido que vivió hace 150 millones de años atrás, a finales del Período Jurásico, en lo que hoy es Estados Unidos. Es el ornitisquio más pequeño del que se tiene registro, lo que ha hecho que los científicos reconsideren los límites anatómicos de este orden.
Su nombre de género se compone del sufijo -sauros, que se traduce como "lagarto" y "reptil", y a su vez hace alusión a la ciudad de Fruita, en el estado de Colorado, Estados Unidos, localidad donde los restos de este dinosaurio fueron hallados. Por otro lado, su epíteto de especie, haagarorum, rinde honor a Paul III, Paul Jr., Heather, Blythe y Catalina Haaga, familia que contribuyó enormemente a la investigación de este animal.
Características[]
Anatomía[]
Lo primero que llamó la atención de este dinosaurio fue su diminuto tamaño, que rondaba los 65 a 75 centímetros de largo y una masa corporal mínima de 500 gramos, cifras que son extremadamente pequeñas para un ornitisquio, lo que convierte a Fruitadens en el miembro más pequeño de todo su linaje. Por ese entonces se creía que los dinosaurios herbívoros no podían tener tallas tan pequeñas ya que, supuestamente, un organismo cuya dieta se basa en plantas necesita ser de un tamaño moderado para poder digerir bien la vegetación.
Fruitadens era un dinosaurio bastante ágil gracias a la proporción de sus patas traseras y los huesos parcialmente huecos de sus extremidades. Al ser un animal bípedo, sus miembros delanteros quedaban disponibles para cualquier otra tarea que no fuera la locomoción, como la búsqueda/recolección de comida, la lucha intraespecífica o la creación de madrigueras. Su cola era larga y, al igual que otros heterodontosáuridos, era más flexible que la del dinosaurio común. Es muy probable que su cuerpo estuviera cubierto por una capa de filamentos (plumas primitivas similares al pelo de los mamíferos), que habrían sido más abundantes en el lomo y la cola.

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Otra cosa que diferencia a Fruitadens de otros heterodontosáuridos, además de su tamaño, es la distribución de sus dientes. Lo que más caracteriza a esta familia es la posesión de colmillos caniniformes de gran tamaño en la mandíbula superior o en ambas, pero Fruitadens tenía estos caninos pronunciados únicamente en el dentario, mientras que en su mandíbula superior poseía un par de caninos de porte reducido.
Forma de vida[]
Es probable que los Fruitadens vivieran en pequeños grupos en zonas donde la vegetación fuera más abundante con la intención de mantenerse ocultos de sus depredadores, ya que el único método de defensa que poseían era su capacidad para escabullirse. Gracias al registro fósil, se sabe que los Fruitadens alcanzaban la madurez alrededor de los cinco años, pero actualmente se desconoce la esperanza de vida promedio para estos animales.

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En 2010, Richard Butler y colaboradores sugirieron que Fruitadens era omnívoro, idea que sería respaldada años después por otro estudio a cargo de este mismo paleontólogo. Este trabajo evaluaba la morfología craneal de Fruitadens y la comparaba con la de dinosaurios similares, determinando que este animal estaba especializado en dar mordidas amplias y rápidas, en contraste a los pequeños bocados que habría dado Heterodontosaurus, por ejemplo. Si bien la alimentación de Fruitadens se habría centrado en material vegetal duro, la forma de su cráneo y dientes sugiere que invertebrados pequeños como caracoles e insectos también entraban en su dieta.
Descubrimiento e investigación[]
El hallazgo[]
Los primeros ejemplares conocidos de Fruitadens fueron descubiertos en la Formación Morrison, mediante expediciones realizadas en la década de los '70 y '80 por un equipo de profesionales del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles.

Restos fósiles de Fruitadens.
Si bien no se le asignó un género concreto en su momento, los científicos consideraron que se trataba de un fabrosáurido (familia de ornitisquios basales actualmente obsoleta) que parecía estar estrechamente emparentado con Echinodon, dinosaurio que también estaba dentro de dicha familia. Durante los años posteriores, Echinodon sufrió cambios en su filogenia, pasando a ser clasificado como un heterodontosáurido; si bien Fruitadens seguía sin ser descrito formalmente, este fue nombrado en múltiples artículos acompañando a Echinodon, siendo considerado de vez en cuando dentro de este mismo género como Echinodon sp. (entiéndase por "sp." a una especie indeterminada dentro de un género determinado). Finalmente, un estudio realizado en 2010 por Richard J. Butler, Peter M. Galton, Laura B. Porro, Luis M. Chiappe, Donald M. Henderson y Gregory M. Erickson describiría formalmente los restos de este dinosaurio y lo bautizaría tal y como hoy lo conocemos. Pese a que continuó siendo considerado un heterodontosáurido, el estudio liderado por Butler sugiere que Fruitadens estaba más estrechamente emparentado con Heterodontosaurus que con Echinodon, aunque actualmente se piensa que el dinosaurio con el que estaba más relacionado era Tianyulong.