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Anchiceratops ornatus fue una especie de dinosaurio ceratópsido casmosaurino que vivió hace 76.5 a 71 millones de años, a finales del Período Cretácico, en lo que hoy es el sur de Canadá. Se trata de uno de los ceratópsidos mejor documentados que se conoce, con un amplio registro de cráneos y restos postcraneales provenientes de varias formaciones canadienses.
Su nombre proviene del griego antiguo y se traduce literalmente como "cercano a la cara con cuernos", ya que Barnum Brown, quien le dio nombre, suponía que estaba estrechamente relacionado con la especie dudosa Ceratops montanus, por lo que una traducción más libre puede ser "cercano a Ceratops". Su epíteto específico, ornatus, viene del latín y significa "adornado/ornamentado".
Características[]
Anatomía[]
Anchiceratops habría sido un ceratópsido de tamaño medio, que hubiera rondado los 4 metros de longitud, los 2 de alto y una tonelada de masa corporal. Vale la pena destacar que se tiene registro de un ejemplar (NMC 8547) que se encuentra completo y articulado; sin embargo, este es excepcionalmente grande en comparación al resto de ejemplares asignados al género, y posee algunas diferencias con las que podría reasignarse al género Arrhinoceratops, que coexistió con Anchiceratops.

Retrato de Anchiceratops donde se pueden apreciar los osteodermos de su gola (Créditos: Andrey Atuchin)
Como es común en su subfamilia, Anchiceratops contaba con tres cuernos en el cráneo, de los cuales, los dos situados sobre los ojos estaban curvados hacia adelante y eran significativamente más grandes que aquel sobre la nariz. Contaba con un pico similar al de los loros actuales, que pudo haber estado cubierto de queratina, por lo que habría sido más grande de lo preservado en el registro fósil, al igual que sus cuernos. Su gola era vagamente similar a la de Pentaceratops, aunque un poco más baja y ancha; esta contaba con osteodermos triangulares muy gruesos y anchos en sus bordes, que variaban entre cinco y nueve por lado por individuo; en la parte superior de la gola, habían tres osteodermos por lado, los cuales eran considerablemente más grandes que las proyecciones laterales; bajo los osteodermos de mayor tamaño, alrededor del eje vertical de la gola, habían otras dos protuberancias que se curvaban mirando hacia los lados y hacia afuera, las cuales variaban de tamaño entre ejemplares.

Comparación de tamaño entre Anchiceratops y un ser humano (Créditos: @cisiopurple en DeviantArt).
Por mucho tiempo, se pensó que la función principal de la gola en Anchiceratops y en los ceratópsidos en general era proteger el cuello para evitar ataques letales; sin embargo, hoy en día se sabe que esta zona estaba altamente vascularizada, por la que una herida significativa en la gola podía causar grandes pérdidas de sangre. Barnum Brown propuso que las distintas formas de las golas entre géneros de ceratópsidos no implica diferencias en una posible función defensiva, y en su lugar, podrían explicarse como mecanismos de reconocimiento intraespecífico y selección sexual. Esta hipótesis, que parece la más acertada hasta el momento, no descarta el rol defensivo de la gola, pero esto habría sido una función secundaria y no muy efectiva debido al riesgo de sufrir una hemorragia.
Paleoecología[]
Forma de vida[]

Anchiceratops retratado en un pantano (Créditos: @cypressure en Tumblr)
Los ceratopsios son, usualmente, animales que llevan una vida terrestre estricta, por lo que, cuando Wann Langston Jr. propuso en 1959 que Anchiceratops llevaba una vida semiacuática, fue rechazado de inmediato. El argumento de Langston era que el hocico de Anchiceratops era del tamaño ideal para buscar vegetación acuática en aguas poco profundas mientras mantenía las fosas nasales sobre el nivel del agua, y que, además, el peso de la gola le ayudaría para contrapesar su cabeza al jalar alimento fuera del lecho fluvial.
En 2012, Jordan Mallon traería de vuelta la hipótesis semiacuática con mejor evidencia. Mallon señalaría que las extremidades de Anchiceratops eran más robustas y musculosas que las de otros ceratopsios, además, notaría que todos los ejemplares se han encontrado en sedimentos que estuvieron cerca de la costa al momento de depositarse. Por ende, es probable que Anchiceratops habitase cerca de marismas y estuarios, alimentándose de vegetación acuática para evitar la competencia con otros herbívoros de la zona.
Ecosistema[]
Debido a la gran cantidad de herbívoros con los que coexistió Anchiceratops, es probable que haya vivido en zonas con vegetación abundante y variada, seguramente con muchos flujos de agua tranquilos que permitiesen la fosilización. Anchiceratops habría habitado cerca de la costa o cuerpos de agua, donde aprovecharía la vegetación acuática para evitar la competencia con otros herbívoros grandes.

Anchiceratops siendo atacado por un Albertosaurus (Créditos: @zihanshen115982 en Twitter).
Se tiene registro de Anchiceratops en varios puntos al sur de Canadá, siendo el más relevante lo que hoy es la Formación Horseshoe Canyon. Aquí, habría coexistido junto al mamífero Didelphodon coyi, la tortuga Basilemys morronensis, el plesiosaurio Leurospondylus ultimus, con anquilosaurios como Anodontosaurus lambei y Edmontonia longiceps, hadrosáuridos como Hypacrosaurus altispinus y Saurolophus osborni, otros marginocefalios como Arrhinoceratops brachyops y Sphaerotholus edmontonense y terópodos como Atrociraptor marshalli, Ornithomimus edmontonicus y Albertosaurus sarcophagus, que seguramente fue el principal depredador de Anchiceratops.

Dos Anchiceratops junto a un grupo de Ornithomimus (Créditos: @ABelov2014 en DeviantArt)
También se han documentado fragmentos de cuernos y crestas asignados a Anchiceratops en los estratos inferiores de la Formación Oldman. En esta zona, Anchiceratops habría coexistido con otros ceratopsios como Albertaceratops nesmoi, Gremlin slobodorum y Wendiceratops pinhornensis y con el tiranosáurido Daspletosaurus torosus.
Otra zona que cuenta con restos del género es la Formación St. Mary River, que es cerca de un millón de años más reciente que los fósiles de Horseshoe Canyon. Sin embargo, los ejemplares registrados en estos estratos son demasiado fragmentarios como para asignarlos a la especie tipo o a una nueva para la ciencia. De esta formación también se conocen otros marginocéfalos como Pachyrinosaurus canadiensis y Regaliceratops peterhewsi, mamíferos como Cimolodon nitidus y Meniscoessus conquista, plantas como Cardstonia tolmanii y Tolmania acuatica, y especies indeterminadas de los terópodos Albertosaurus y Saurornitholestes.
Descubrimiento e investigación[]
Los hallazgos[]

Reconstrucción esquelética de Anchiceratops basado en cráneos asignados al género y la osteología de otros ceratópsidos (Créditos: Daniela Barrera).
Los primeros restos conocidos de Anchiceratops fueron descubiertos en estratos de la Formación Horseshoe Canyon en Alberta, Canadá, en una expedición liderada por Barnum Brown en 1912. Durante esta inspección se encontró tanto el holotipo, conformado por la parte trasera de un cráneo, y dos paratipos que constaban de cráneos parciales; estos ejemplares serían descritos dos años después por Brown, quien los referiría a una nueva especie y género que bautizó como Anchiceratops ornatus.
En 1924, Charles Sternberg descubriría el primer cráneo completo de Anchiceratops y lo asignaría a una nueva especie en 1929, bajo el nombre específico de A. longirostris, no obstante, Peter Dodson reconocería en 1996 que la especie descrita por Sternberg no era lo suficientemente distinta de A. ornatus como para ser reconocida, por lo que fue sinonimizada con esta.

Holotipo de Anchiceratops.
En 1925, Sternberg descubriría el ejemplar NMC 8547, que consta de un esqueleto articulado y casi completo, reconocido por ser el mejor registro que se tiene de un ceratópsido hasta le fecha. Este espécimen aportó información valiosa sobre Anchiceratops y los ceratópsidos en general, pero últimamente se ha puesto en duda si realmente pertenece a este género, ya que revisión posteriores sugieren que podría pertenecer a Arrhinoceratops, un contemporáneo de Anchiceratops y con quien coexistió en la actual Formación Horseshoe Canyon.
Desde su descubrimiento, se han referido más de diez cráneos a este género, además de unos cuantos restos fragmentarios de los cuernos y la gola. Además, en 2012, Jordan Mallon sugirió que muchos especímenes anteriormente asignados a otros géneros o catalogados como indeterminados pueden pertenecer a Anchiceratops, entre ellos, varios fragmentos del volante óseo y el cráneo de un juvenil; si esto resulta ser cierto, implicaría que Anchiceratops habría tenido una alta variedad intraespecífica, un fenómeno que es difícil de detectar en paleontología debido a la escasez del registro fósil de algunos taxones y el enfoque casi exclusivo en la morfología para la determinación de los mismos.
Clasificación y presuntas especies[]
Nunca ha existido gran controversia respecto a la clasificación de Anchiceratops. Desde su descripción en 1914, Barnum Brown reconoció que se trataba de un ceratopsio, y un año después sería puesto en la familia Ceratopsidae por William Matthew. Ese mismo año, Lawrence Lambe lo clasificaría en la subfamilia Eoceratopsinae, clado que actualmente se encuentra en desuso; en ese mismo estudio, Lambe describió la subfamilia Chasmosaurinae, grupo al que fue redirigido Anchiceratops en 1990 y donde sigue hoy en día.

Créditos: @jackthevulture en Twitter.
Gran parte del material conocido de este género proviene de la Formación Horseshoe Canyon, pero se han encontrado más ejemplares en otros puntos de Norteamérica que podrían pertenecer a especies nuevas para la ciencia. Por un lado, se tiene un registro muy reducido proveniente de los estratos inferiores de la Formación Oldman; este registro es cerca de 4 millones de años más antiguo que los fósiles de Horseshoe Canyon, por lo que algunos científicos sugieren que podría tratarse de una nueva especie dentro del género. Sin embargo, estos ejemplares son tan fragmentarios que no es posible establecer un nuevo nombre. Por otro lado, en 2004, Andrew Farke describió restos fragmentarios de un cráneo de ceratópsido que asignó a Anchiceratops y que provenía de la Formación Almond, de Wyoming, Estados Unidos; debido a la distancia que separa este nuevo ejemplar de todos los demás, Farke sugirió que se trataba de una especie nueva para la ciencia, pero que eran necesarios más restos para otorgarle un nombre. No obstante, estudios posteriores desestimaron esta hipótesis y postularon que dicho espécimen no pertenece al género Anchiceratops y probablemente se trate de un nuevo taxón.